¿Cuál es tu malestar?
Consulta nuestros tratamientos a los síntomas contemporáneos
A continuación, le toca el turno a nuestro tercer grupo de fichas, esta vez sobre los tratamientos a los síntomas contemporáneos. Como en las anteriores, te proponemos que identifiques tus problemáticas a partir de imágenes famosas de películas y hagas clic para consultar cada uno en particular.
Las fichas de los síntomas contemporáneos
En primer lugar, hemos colocado el estrés, un clásico que no deja de tomar hoy en día las más diversas caras, apoyado por una dependencia creciente a la tecnología. Cada vez resulta más difícil engañarse: del enemigo exterior hemos pasado al interior. Parece que nos hemos quedado sin escapatoria.
La siguiente ficha está dedicada a una modalidad de las obsesiones que se ha hecho muy popular, el trastorno obsesivo compulsivo, el toc. ¿Su novedad? Ahora, el ritual ha tomado claramente la delantera, se nos impone obligándonos a repetir extrañas conductas. Pero veremos que su rigidez no es siempre la misma, lo que nos abre a diferenciar los tratamientos.
Las siguientes tres fichas las podemos leer en continuidad, por tener un mismo común denominador, la imagen corporal. Si bien es cierto que son diferentes sus manifestaciones, comparten el mismo núcleo problemático, una alteración en la percepción de la imagen del propio cuerpo. Y es esta imagen alterada, donde conocer las causas es fundamental, la que ha provocado las más variadas reacciones.
Trastornos de la imagen corporal
Primeramente nos ocuparemos del común denominador, la imagen corporal, que parece que no encajaba en el cerco donde se la ha pretendido encerrar, los llamados trastornos de la conducta alimentaria. El síntoma toma aquí las más variadas formas de intervenciones en el cuerpo (cortes, etc.), pero su complejidad es todavía mayor. Por ejemplo, los fenómenos de extrañamiento y todo tipo de sensaciones perturbadoras que exigen una atención singularizada.
Una vez ampliado el panorama que afecta a la relación con la imagen corporal, nos centramos en las dos afecciones más habituales, la anorexia y la bulimia. Empezamos entendiéndolas, tal como los pacientes nos las presentan, como «soluciones» que han inventado para salir del paso a una coyuntura particular, con una función clara, detener o paliar su sufrimiento. Por eso, la actual denominación se revela insatisfactoria. Antes que trastornos de la conducta alimentaria son de la oralidad, compensaciones en el régimen de satisfacción. Pero, sobre todo, apuntan a un problema de relación con el otro, a una dificultad para adquirir un lugar simbólico en el mundo.
Finalmente, distinguiremos la anorexia de la bulimia, así como la evolución de ambas. Las particularidades actuales presentan diferencias sustanciales con aquellas que empezaron a manifestarse hace veinte o treinta años. Un ejemplo claro es el llamado trastorno de atracones.